Chica (futura mujer :-)), madre, fotógrafa frustrada, separada, hermana, amiga, trabajadora y pésima ama de casa. Adoro hacer punto, y pasarme horas en el ordenador, casi siempre sin dejar huella de mis visitas. Amo instagram, tumblr, y ver fotos de parejas enamoradas. Vivo en la montaña sin conexión a Internet, así que mis visitas serán escasas. Adoro twitter. Me encanta escribir. Y voy al gimnasio. Y nunca, nunca, estaré lo suficientemente delgada.
Por favor, no confundir a la escritora con la narradora.
Gracias.
¿Nos leemos, sí?

lunes, 8 de octubre de 2012

LA NOCHE QUE ME COMÍ TUS DEDOS

Creo que esa noche estábamos enfadados por alguna tontería. No podía ser por ninguna otra cosa, eso es seguro. Pero quería demostrarle que estaba por él, quería sentirme sexy para él, quería por una vez, hacer algo romántico, sensual y sexual. Quería pedirle perdón en la cama, o que me lo pidiera él, no estoy segura ya.
Al acostarnos nos dimos un beso, y, como siempre, adoptamos nuestra postura:


(Nuestra cama era parecida, nuestro balcón era igual al de la foto, e incluso teníamos una maceta casi en el mismo sitio. Esta foto me recuerda a lo que fuimos).


Y ahí estaba yo, pensando qué hacer, cuando me encontré acariciando su brazo. Y sus dedos. Esos dedos que quería sentir en mi cuerpo. Esos dedos de los que quería mandar aunque fuera solo por una vez, por una noche... por un rato.
Saqué mi lengua y empecé a recorrer esos dedos. Esos dedos suaves y siempre con la temperatura adecuada. Esos dedos, mis dedos favoritos... Los metí en mi boca una y otra vez, y los lamí suavemente, y poco a poco, noté su erección en mi espada. Y noté que él reaccionaba, y que con su mano izquierda buscaba mis pechos, desesperado. Y entonces me acordé: romántico, sensual, sexual.
Me incorporé quedándome sentada, y me quité la camiseta que utilizaba para dormir. Sin sacar sus dedos de mi boca me acomodé encima de su cuerpo, con mi cabeza apoyada en su pecho, su miembro tocando mi espalda, y los dos mirando al techo.
Cogí con mis manos las suyas, y las fui guiando por todo mi cuerpo. Recorrimos juntos mis pechos suavemente, mi cadera, mi barriga, mi ombligo y el interior de mis muslos... poco a poco fui dándome a la locura que me producían sus manos, aún guiadas por las mías, en mi cuerpo.
Además, él estaba ocupado también besándome el cuello, los hombros...
Abandoné mis manos y le dejé hacer a su antojo, mientras, yo acariciaba su suave pelo por encima de mi cabeza...

Imagino que se nos pasó el enfado, porque fue una de esas maravillosas noches juntos.

33 comentarios:

  1. Por fin he tenido tiempo de ver tu blog. Realmente me gusta tu blog y como escribes, es interesante. Las reconciliaciones siempre quedan en la memoria como una noche única. Leyendo tu blog veo que estamos teniendo parecidos sentimentales :/. Disfruta de tus hijos que son la mejor compañía y alegría que puedes recibir :) Besos y me quedo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias... tienes razón con lo de mis hijos, ahora mismo son un gran apoyo y no quiero separarme de ellos (lo paso fatal cuando se van con su padre).
      Besos!!

      Eliminar
  2. mmmmm! recuerdos, recuerdos... si metes la sensualidad en tu cama y tomas la iniciativa, el éxito suele estar garantizado.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. El cuello y la espalda, dos zonas del cuerpo humano relegadas y que por lo menos para mi son mucho sensibles que otras más comunes a la hora de acariciar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mí también lo son... toda la parte posterior lo es...
      Besos!

      Eliminar
  4. Yo también tengo mucho fetiche con los dedos. Jajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. he empezado a cotillear tu blog... primero esta entrada que me ha encantado (desde luego es llamativa...) así que me he ido a la primera y estoy en proceso de terminar agosto... me encanta, desde luego me quedo por aquí!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias... espero que lo disfrutes y que te guste... ;-)

      Besos!

      Eliminar
  6. Hay momentos que siempre quedarán grabados en la retina del pasado, tan bellos como el tuyo y no tanto. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo creo que sí, como digo, es una suerte que podamos tener memoria...
      Besos!!

      Eliminar
  7. Y resulta que te acuerdas de todo esto pero no del motivo del enfado. Me gusta. ;)

    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Me gusta, sobre todo esa transición desde lo romántico a lo sexual. La mayoría del sexo contrario, si acaso, va en la dirección opuesta.

    Besos por la orilla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Cuánto tiempo! Gracias niño, besotes a ti también!

      Eliminar
  9. Muy muy tierno, una narración genial!

    ResponderEliminar
  10. Lo mejor de enfadarse es reconciliarse, sin duda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, también me gustan las "reconciliaciones" sin enfado previo. :-)
      Besos, David!!

      Eliminar
  11. Hola guapa!
    Es la única solución que me convence del todo para los enfados tontos con la pareja jeje
    Nosotros también solemos dormir así.. :)
    Un besazo

    ResponderEliminar
  12. que buenas son las reconciliaciones....

    ResponderEliminar
  13. NENAAAAAAAAAAA!!! pero que cosas leo a esta hora de la mañana!!! Me ha encantado.

    besos. Oye has recibido mi mail o no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias!

      No lo he recibido. Lo mandas a soytequila@gmail.com??
      Besis!!

      Eliminar
  14. Me ha gustado, mi primera visita y encantada...

    ResponderEliminar