Chica (futura mujer :-)), madre, fotógrafa frustrada, separada, hermana, amiga, trabajadora y pésima ama de casa. Adoro hacer punto, y pasarme horas en el ordenador, casi siempre sin dejar huella de mis visitas. Amo instagram, tumblr, y ver fotos de parejas enamoradas. Vivo en la montaña sin conexión a Internet, así que mis visitas serán escasas. Adoro twitter. Me encanta escribir. Y voy al gimnasio. Y nunca, nunca, estaré lo suficientemente delgada.
Por favor, no confundir a la escritora con la narradora.
Gracias.
¿Nos leemos, sí?

jueves, 11 de abril de 2013

ES FÁCIL OLVIDAR CUANDO NO TIENES NADA A LO QUE AFERRARTE

Solía tener una camiseta que olía a él.
Además es que desprendía muchísimo olor, con tan solo tenerla guardada en el cajón, y abrirlo, yo ya notaba ese olor tan característico. Me gustaba pensar que, al estar con mis otras camisetas, la suya traspasaba el olor a las mías, y estaba tan convencida de ello que, me pusiera la camiseta que me pusiera yo conseguía olerle.

Llegó un día que, después de haber notado el olor de una manera tan fuerte,, parecía que iba desapareciendo, así que yo me ponía su camiseta para dormir, para tenerle a mi lado, para seguir oliendo a él incluso por la noche... lo que yo no pensaba es que entonces su camiseta, pasaría a estar más impregnada de mí que de él... casi enloquezco cuando me di cuenta de que no podía olerlo.

Probé a lavarla con todos los detergentes y suavizantes que había en el supermercado, y nada, entonces conseguía que la camiseta oliera a distintos detergentes y a distintos suavizantes, pero no a ti.

La mojé con tu perfume y empezó a oler a tu perfume... pero no a ti.
La rocié con tu desodorante y entonces... empezó a oler a tu desodorante.

Ahora, de vez en cuando, si me concentro y hago un esfuerzo sobrehumano, consigo recordar tu olor característico... pero cada vez me cuesta más esfuerzo y más concentración llegar a recordar.

Y ahora que pienso, parece que es fácil olvidar cuando no tienes nada a lo que aferrarte... y yo solo tenía esa camiseta para recordar tu olor.




martes, 9 de abril de 2013

ALEGRÍA

Me hice, hace semanas una promesa... una difícil de cumplir para mí, simplemente quiero estar alegre, siempre alegre, no llorar a no ser que sea de alegría. No estar triste jamás a tu lado para no ponerte triste, estar contenta y sonriendo para que parezca que somos algo, que siempre lo fuimos, que nunca pasó lo que nunca tenía que haber pasado. No permitiré que un silencio nos incomode, ni siquiera un cielo negro o gris, o una tarde lluviosa, o un día de fuego intenso, yo estaré ahí, feliz a tu lado. Yo siempre estoy alegre solo por estar contigo... pero ahora lo estaré más, más si cabe.
Conseguiré que suenen las campanas cuando tu sonrías, las campanas que son tus carcajadas, las que salen de tus labios de plata... esos labios que me enloquecen al más mínimo roce... esos labios, los tuyos.
Y pasearemos por alfombras de verde hierba que plantaré para nosotros... o por arena seca de playa, tú y yo, y nadie más. Y a nuestro alrededor solo querré ver flores, árboles y como digo, alegría.
No habrá más enfados, no le quitaremos ni un poco de brillo a la luna y ni un poco de calor al sol, todo seguirá su curso, y también lo seguirá entre tú y yo. 
Y aunque sea con un colchón tirado en el suelo, podremos hacer el amor, eso sí, a nuestra manera, que es como más nos gusta, conseguiremos que ardan nuestros corazones unidos, nuestras almas, nuestras miradas.







Pero necesito ayuda, tu ayuda, necesito tu alegría también y te necesito a ti, siempre tú, a mi vera.