No hay nada sobrevalorado en ti, al menos nada que me guste a mí.
Si me gusta cogerte, solo para poder rozar tu piel, déjame hacerlo, no está sobrevalorado porque, de hecho, me faltan horas al día para poder tocarte.
No me digas que besar está sobrevalorado. Nada lo está si es referente al amor.
Te beso. Te beso. Te beso. Te beso y te sigo besando... y nunca, nunca podría cansarme de hacerlo.
¿Acaso no crees que los días deberían ser algo más cortos y las noches algo más eternas? Quiero la eternidad de una noche a tu lado... en una cama.
¿Acaso no es buena idea tocarte el pelo, tan solo porque hacerlo me produce escalofríos de placer?
¿O no es buena idea querer pasar las 24 horas a tu lado, porque es que necesito hacerlo para sentirme viva?
No está sobrevalorado mandar un mensaje de buenos días... porque si estuviera a tu lado no tendría que mandarlo... tan solo tendría que decírtelo en voz baja, y al oído, mientras te doy ese beso de buenos días.
¿Acaso no tengo derecho a soñar, aunque esté despierta... o dormida?
¿Acaso no puedo quererte a viva voz y amarte en silencio?
Hay gente que no lo entiende... pero solo es porque no ha amado. Si amas lo sabes. Y esto es amor, del de verdad, del que se muere, del que escribió Shakespeare, del de Jack y Rose, del de Noa y Allie, del de Satine y Chistian, del de Clementine y Joel... porque da lo mismo que existiera esa máquina del olvido, o que el barco se hundiera, da lo mismo que yo te recordara a momentitos, o que Romeo llegara tarde, da lo mismo que Christian enfermara de celos... porque al final, de un modo u otro, todos terminaron encontrándose... ¿Te suena? A mí sí.
PORQUE TE HE REENCONTRADO, PORQUE ESTÁS AQUÍ, PORQUE QUIERO SER TUYA...