Chica (futura mujer :-)), madre, fotógrafa frustrada, separada, hermana, amiga, trabajadora y pésima ama de casa. Adoro hacer punto, y pasarme horas en el ordenador, casi siempre sin dejar huella de mis visitas. Amo instagram, tumblr, y ver fotos de parejas enamoradas. Vivo en la montaña sin conexión a Internet, así que mis visitas serán escasas. Adoro twitter. Me encanta escribir. Y voy al gimnasio. Y nunca, nunca, estaré lo suficientemente delgada.
Por favor, no confundir a la escritora con la narradora.
Gracias.
¿Nos leemos, sí?

jueves, 1 de agosto de 2013

EL PASO DEL TIEMPO

Sí, 1 de agosto. El día que nací, hace 34 años. 

Llevo pensando en el concepto "tiempo" desde hace unos días y, sinceramente, no sé qué pensar acerca de él porque la definición que da la RAE no me convence.
Sé lo que es el tiempo... solo que no concibo pensar que el día tiene 24 horas y a veces lo aprovecho tanto que me quedo con ganas de más horas y me sabe a poco, y otras veces, nada más despertarme deseo que ese día pase de largo... que se vaya, que venga otro día, y que lo haga ya.

No soy capaz de hacer cosas básicas, aunque otras las hago con creces... pero ahora que sé lo de mi enfermedad, y sé que tendré que estar años medicándome contra eso, sé que tengo una excusa pero también sé que tengo mucho, mucho miedo.

Temo del pasado que me he creado, o que me tocó crearme, o que quise crear, o que me obligaron a hacerlo, o que no me atreví a cambiar... no lo sé. Tener 34 años y un hijo de casi 11 y otro de casi 7 es intimidante, porque joder, tendré 34 pero os aseguro que mi cabeza tiene muchísimos menos. No sé cómo actuar la mayoría de las veces y demasiadas veces me han asegurado que soy demasiado mala madre para que no haya acabado creyéndomelo. Os admiro a todas vosotras, esas que aseguráis no querer ser madres, e incluso os envidio, ojalá yo a vuestra edad lo hubiese tenido así de claro.

Temo del futuro que pueda crearme, o que me toque crearme, o que quiero crearme, o que me obliguen a crearme... ahora tengo algunos proyectos, y he de pensar muy seriamente no solo en mí, sino también en mis hijos, y en consecuencia, en su padre.
También muchas veces me han dicho que no soy capaz de nada, y también me lo he creído, hasta el punto que me cuesta comprarme un zumo si no me da alguien su opinión.
Temo que mis planes sean solo la idea de salir huyendo como hago siempre, porque como dice mi médica, para mí es mejor huir que enfrentarme a un posible dolor. Yo lo veo lógico... a nadie le gusta sufrir, y si para no hacerlo tengo que huir, pues lo haré, aunque los médicos no crean que sea la solución (y seguramente tengan razón).
Pero, ¿qué pasará una vez llegue a mi "destino de huida"? Solo hay tres opciones: 1) Estar mejor, 2) quedarme igual o 3) estar peor... no tengo miedo a ninguna de las tres cosas, ni siquiera a la tercera, a lo único que tengo miedo es a echar de menos a todo y todos lo que tengo aquí.
Soy fuerte (o me lo hago, al menos) y podría sobrevivir echándoos de menos... echando todo de menos, pero no es lo mismo... no quiero sobrevivir, llevo 34 años haciéndolo... lo que quiero es VIVIR y empezar a hacerlo cuanto antes... si este puto tiempo que no entiendo me quiere dar una tregua.