Chica (futura mujer :-)), madre, fotógrafa frustrada, separada, hermana, amiga, trabajadora y pésima ama de casa. Adoro hacer punto, y pasarme horas en el ordenador, casi siempre sin dejar huella de mis visitas. Amo instagram, tumblr, y ver fotos de parejas enamoradas. Vivo en la montaña sin conexión a Internet, así que mis visitas serán escasas. Adoro twitter. Me encanta escribir. Y voy al gimnasio. Y nunca, nunca, estaré lo suficientemente delgada.
Por favor, no confundir a la escritora con la narradora.
Gracias.
¿Nos leemos, sí?

viernes, 22 de agosto de 2014

SÍ, LO SOY.

Me preguntó anoche mi querida y lejana amiga si ahora mismo soy feliz.

No me ha hecho falta pensar mucho la respuesta... SOY FELIZ. 
Después de pasar unos meses algo locos, decidí que por el bien de mi cabeza y mi cuerpo ya era hora de dejar de trabajar. Así lo hice unos días antes del comienzo de agosto... y creo que no he tomado decisión más acertada. Tener un trabajo de 24 horas diarias (y mal pagado) te limita la vida, y ahora estoy haciendo, aprendiendo demasiadas cosas como para dedicarme únicamente a trabajar.
Como ya sabéis por mis anteriores posts, siento algo por alguien. Es curioso porque es un "alguien" para nada parecido a lo que yo buscaba, sin embargo con él he aprendido a ser libre. A conocer otros ambientes por los que nunca me había movido, a saber ver la belleza en lo bello que nos rodea. Con él soy libre, porque esa ha sido la decisión de ambos: estar juntos cuando queramos, estar revueltos cuando queramos, pero sin ninguna atadura... no somos pareja, ni novios, ni creo que amigos. Simplemente estamos ahí, él para cuando le necesito, yo para cuando me necesite.
Fue él el que propuso que dejáramos lo nuestro "fluir" de una manera natural. Sin forzar el vernos, sin hacer planes demasiado anticipados. Al principio, no entendí nada... intenté alejarle de mí porque para mí eso no era una relación normal, él volvió una y mil veces, tantas como las veces que yo le decía que no me llamara, que no nos viéramos, que quedáramos con otras personas. Él insistía en que no, que no era eso lo que proponía, que aunque nos quisiéramos, en esta vida no hay nada "normal" y que lo normal es lo que cada uno quiere que sea... y TENÍA RAZÓN.

Es genial ver, como poco a poco, todo va "fluyendo" (palabra que odié porque no entendía). 
Él se va dejando llevar, a pesar de sus miedos, conozco más de él de lo que él conocerá de mí.
Voy viendo detalles que sí hace y dejo de lado los que me gustaría que hiciera. Estoy aprendiendo a no ver el amor como nos lo dibujan en las películas. No siempre él tiene que decir "te quiero" ni tiene porque darme los buenos días. Lo hace cuando le apetece... y curiosamente, lo hace a diario. Me fijo en eso.
Estoy descubriendo con él todo lo que había querido descubrir. Estar a solas pero junto a él. Estar juntos y no aprovechar para tener sexo, sino para vivir. Ir a una charca con agua, mojarse los pies, y estar simplemente mirando el cielo, escuchando los pájaros y las chicharras, viendo crecer las flores, es ahora mismo mi plan favorito para pasar un día entero.
No le molesta que nos hagamos fotos juntos. No le molesta ir de compras conmigo. No le molesta estar con mis hijos o que yo pase más horas con su hija que con él mismo. No me deja que me ocupe de las tareas de su casa a pesar de que paso allí varios días. No me deja que le lleve en coche... son estas cosas las que me matan de amor. Son estas cosas las que me hacen feliz.

Aprender a estar a gusto con él es una de las cosas que más me ha costado... por que le quiero.
Le quiero, y lo mejor es que noto que, a su modo, él también me quiere. Es un modo peculiar, es muy a poquitos, es muy sensata su manera de pensar, su manera de vivir, su manera de hacerlo todo. 
Nos compenetramos en todo. No nos gustan todas las mismas cosas, pero sí las importantes, y las otras podemos hacerlas con amigos o solos... porque no nos atamos.
Me encanta este chico. Me gusta un pelirrojo, un padre, un amigo, un francés, un loco, un cuerdo, un amante... me gusta él.
Y SOY FELIZ.


martes, 19 de agosto de 2014

ME ENCANTAS

Podría dejar de quererte si quisiera... pero no quiero, porque te quiero.
Después de unas semanas cuanto poco extrañas, puedo decir en letras mayúsculas que te quiero, y que noto que me quieres... y que tienes miedo. Mucho, más que el que he sentido yo en toda mi vida, y eso que a tu lado lo siento constantemente, porque eres de esa clase de personas a las que se les nota contenidas. Que no lo das todo por miedo al rechazo, que no has sabido amar y lo peor es que te da miedo que te amen.
Trabajando contigo lo que sé de psicología, me siento útil en tu vida. Parece que las primeras tomas de contacto psicóloga/paciente, sin tú saberlo, han ido mejor de lo que esperaba. Parece que soy un poco libre, y parece, a la vez, que tú estás más atado... y todo lo has hecho tú solo, tan solo escuchándome y poniendo en práctica lo escuchado. Déjame hablar y haré de ti el hombre que quieres ser, pero que tienes tanto miedo a mostrar.

Eres distinto a todos los demás. Siempre he tratado de encontrar al "hombre bueno". A ese que fuera sensato, leal, puntual, y sano,  y tú no acabas de cumplir todos los requisitos, pero ya ves, gracias a ti yo también aprendo y sé que el corazón va por libre, y el mío te ha elegido a ti, con todas tus virtudes, y con todos tus defectos a los que ya paso por alto.
Sigo sin comprender cosas, como el que puedas estar dentro de mi cabeza y de mi estómago cada segundo del día, y que sin embargo, cuando te veo, mi cuerpo siga dando un vuelco y me ponga del revés. O que teniendo unos ojos negros tan comunes, me ruborice aún, cuando me miras. O que mis manos se atrevan a viajar solas, sin ninguna clase de orden, a acariciar tu nuca y tu espalda en el momento justo en que estamos uno al lado del otro. ¿Y qué dices de mi sonrisa tonta cada segundo que estoy contigo? Eres una muerte encantadora para mí.
Hueles a césped, a montaña, a bosque, a playa, a noche lluviosa, y a día soleado.
Hueles a ti.
Y me encantas.