Chica (futura mujer :-)), madre, fotógrafa frustrada, separada, hermana, amiga, trabajadora y pésima ama de casa. Adoro hacer punto, y pasarme horas en el ordenador, casi siempre sin dejar huella de mis visitas. Amo instagram, tumblr, y ver fotos de parejas enamoradas. Vivo en la montaña sin conexión a Internet, así que mis visitas serán escasas. Adoro twitter. Me encanta escribir. Y voy al gimnasio. Y nunca, nunca, estaré lo suficientemente delgada.
Por favor, no confundir a la escritora con la narradora.
Gracias.
¿Nos leemos, sí?
Mostrando entradas con la etiqueta locura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta locura. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de enero de 2015

¿PUTA O LIBRE?

Este año pasado, el 2014, ha sido un año en el que he descubierto muchas cosas...

Quizá defraude a algunas de las personas que me leen, quizá me equivoque y no haya tanto apego como para eso.

El 2014 empezó con la única persona de la que, realmente, me he sentido enamorada. Con los 5 sentidos. Aún recuerdo lo que sus manos me hacían sentir, el sabor de su lengua, su olor, su voz cuando se ponía dulce, y el increíble color de sus ojos... pero aquello tuvo que acabar, necesitaba escapar de algo, y seguramente de lo que necesitaba escapar era de mí misma.

Aprendí a tener una paciencia infinita siendo cuidadora de un niño discapacitado, viviendo en su casa y viendo como su madre y su pareja no se hacían cargo de él. La de veces que ese niño me demostró su amor (y también sus enfados) no se me irá nunca de la cabeza.

Aprendí a valerme por mí misma. Dormí en mi coche en mitad de la montaña muchísimas noches, dormí en la calle, y conocía a personas sólo para poder dormir en una cama.

Conocí a un chico que me volvió del revés. Me colgué de él completamente, sin quererlo y sin saberlo, y resultó, como no, ser un  fraude. Un chico cocainómano, al que solo conocí en su estado "real" el mismo día que lo dejé y que me di cuenta de su problema.

Hasta el mes de Agosto podía contar con los dedos de una mano los chicos con los que había tenído relaciones sexuales, pero en Septiembre, al dejar al colocado, todo cambió. Me llegué a hundir un poco, lo reconozco, pero gracias doy de haber pasado un gran año hasta entonces, conociendo a gente maravillosa que me hizo ver las cosas de otro modo.

Yo era de esas chicas que no concibía el sexo sin sentimiento, sin al menos, tener ese "algo"... pero empecé a ver a otras personas que lo hacían y se sentían felices.
Un día de Septiembre, conocí a un chico ingles, guapísimo, cuidadoso... genial. 
No sé cómo pero acabamos en mi casa, solos. 
Su barba empezó a recorrer mi cuello y me gustaba el sabor de su boca, pero cuando llegó el momento... no. NO estaba preparada. Le expliqué con mi penoso inglés al chico inglés, que lo sentía pero que no podía, que tenía algo en el corazón y demasiado alcohol en la barriga como para tener sexo con un desconocido. Lo entendió. Solo dormimos y se fue al despertar.

Pasaron 3 semanas, Yo seguía teniendo un gran "mono" de sexo, y empecé a sentir un gran asco hacia  el amor y todo lo que ello suponía. Nada de besos, nada de abrazos... sabía que solo quería sexo, y una noche, sin más, apareció.
Esta vez fue un francés, estuvimos hablando (también con mi penoso francés) y volví a acabar con él en mi casa, solos.
Para mí, este chico sin nombre, fue todo un descubrimiento. Descubrir el sexo sin amor fue una enorme satisfacción para mí. Me veía curada de colgarme por los hombres, y me veía capaz de tener sexo con otros hombres. Liberada. Al fin, libre. 
Creo que eso era lo que había buscado todo este tiempo, y lo que no encontraba. Experimentar esa sensación.
A partir de ese momento, he dado un cambio radical. Si ha surgido la ocasión, he tenido sexo con hombres. Hombres de los que, repito, no sé ni el nombre, hombres que después de dejarme satisfecha han salido de mi cama y de mi casa sin ningún tipo de remordimiento por mi parte, hombres de los que no he tenido que despedirme, hombres a los que no he pedido el número de teléfono, ni les he dado el mío porque no quería volver a repetir. Hombres.
Algunas veces en su casa, la mayoría de veces en la mía. 

Desde Septiembre al día de hoy, no soy capaz de saber con cuantos hombres me he acostado, ni cuantas cajas de condones he gastado.
Y no, no me considero puta, me considero libre. Soltera. Feliz.
LIBRE, SOLTERA Y FELIZ.

Rehuyo de todo aquello que me pueda recordar mínimamente a lo que puede ser tener una relación estable. No quiero ver películas con nadie, ni compartir ni casa, ni mis sueños. "Estás aquí para follar, tío, cumple con tu misión y lárgate". Así es como funciono. 
Nadie de mi entorno me juzga, puedo sentirme yo misma, y  puedo contarlo sin miedo... porque así soy yo ahora.

Pero tenía que llegar el día...

He conocido a alguien...



jueves, 2 de octubre de 2014

UNO MÁS UNO... NO SON DOS.


Mi estado ideal no es el de estar soltera. No me gusta estar sola por imposición. Soy persona de tener pareja... puede sonar muy triste, pero es así.


Y es que realmente me encanta saber que las cosas que de él molestan al resto de la humanidad, yo las adoro. Igual que cuando estamos entre amigos, y le miro, o me mira, y no hace falta ni hablar... ya sabemos lo que queremos decirnos, y podemos explotar en carcajadas, o podemos levantarnos de nuestras sillas para ir al lado del otro porque sin decirlo, sabemos que en ese momento nos hacemos falta.

Y me gusta despertarme y saber que hay alguien ahí, no a mi lado, no en forma de mensaje tampoco, sino que está en mi mente y que sé que yo estoy en la suya, porque parece que sepa cuando abro los ojos, porque me llega una brisa desde la ventana que, a mí, me sabe a beso.


Es ideal notar que algo que dice me excita, y lo que me excita no sus palabras, sino su forma de decirlas. Su esencia, su olor, su piel.

Puedo considerar perfecto el momento en el que pienso en él, y eso me transmite calma y seguridad.

Y nostalgia. Nostalgia cuando tengo momentos divertidos y noto que me falta algo, que él no está, que debería ser parte de mi diversión.

Jo, ¿y qué me decís cuándo surgen esos momentos en los que nos ponemos a cantar canciones a voz en grito en el coche, o en la casa, o en la cama? ¿No es eso algo genial?

Y cuando le miro, y noto y veo y sé, todas y cada una de sus imperfecciones, y aún así pienso: “qué coño, es perfecto”. ¡Porque lo es! ¡Lo es para mí y por eso estoy con él! Porque adoro todas y cada una de sus imperfecciones.

Y me encantaría poder tener su apoyo en mis momentos flojos, en mis horas de espera en el médico, en mis ratos amargos. Toda compañía es buena, pero la de una pareja... eso es insuperable.

Y los abrazos, esos abrazos en ciertos momentos, que te calman el alma, que hacen asomar lágrimas que no caen, que hacen que mi mente se quede en blanco... abrazos.





Una pareja da sentido a mi vida. Abro mi corazón, abro mi mente. Y es que uno más uno, no suman dos... uno más uno, se convierten en uno.